Adquisición y Gestión de activos inmobiliarios

La  adquisición y gestión de activos inmobiliarios, es un factor fundamental dentro de la gestión patrimonial, tanto de empresas como de particulares.

Una correcta adquisición y gestión de activos inmobiliarios debe definir claramente los objetivos y necesidades a cubrir, que van desde el mantenimiento a la obtención de rentabilidad, además de la evaluación de estos activos para adquisición venta de estos activos.

Las actividades que en su conjunto hacen que la gestión sea óptima, van desde la elección de la forma jurídica con la que operar, a los análisis de viabilidad de las distintas operaciones.

Objetivo principal de la gestión de activos inmobiliarios

El objetivo principal es maximizar la rentabilidad, con el menor riesgo. Esta premisa es inherente a cualquier actividad, pero en el caso de la inversión inmobiliaria es esencial. Hay que tener en cuenta que en esta actividad intervienen factores sociológicos, como la elección de inquilinos y la localización de los inmuebles, entre otros factores.

Actividades de Gestión Inmobiliaria

  • Asesoramiento e información sobre los riesgos y oportunidades.
  • Comprobación e Inscripción, de los bienes en los distintos registros.
  • Comprobación de cargas o deudas sobre los inmuebles.
  • Regularización de impuestos y cargas de naturaleza real y cargas preexistentes.
  • Presentación de nuevas liquidaciones.
  • Valoración de los inmuebles, a efectos prácticos.
  • Negociación, intermediación y gestión de los servicios o contratos relacionados con los inmuebles.

Servicios

  • Servicios legales y jurídicos sobre la adquisición o la venta de bienes inmuebles, de manera que quienes deseen invertir en ello o realizar operaciones de este tipo estén asesorados e informados sobre los riesgos, los beneficios y las consideraciones de dichas acciones.
  • Labores de inscripción de titularidad de los bienes a los que aspira una compañía o un tercero, un derecho al que se accede no sólo tras el desembolso de la suma acordada; es, ante todo, un trámite con etapas claramente definidas.
  • Regularización de impuestos u otros compromisos similares que hayan sido adquiridos por parte de las compañías al poseer la titularidad de un bien inmueble, por ejemplo aquellos que se contraen con instituciones estatales, Hacienda, organizaciones, fundaciones, etc. En este punto también entran las deudas con las comunidades o con terceros en general.
  • Valoración de los inmuebles de forma separada, es decir, se realiza un estudio de cada uno de los activos inmobiliarios que una organización quiera comprar o vender con el objetivo de sopesar sus beneficios y su rentabilidad.
  • Negociación, gestión o intermediación en conflictos en los que esté de por medio uno o varios bienes inmobiliarios.